martes, 10 de septiembre de 2019

cómo echar mano de los clásicos para salvar el país




Anoche leía unos versos del Siglo de Oro, cuando probablemente y sin convencimiento cuento, me quedé dormida, viéndome en la terraza  tomando un Pacharán y sentada frente al ilustre y cadavérico Don Luis de Góngora y Argote, que ataviado con unas ridículas calzas estofadas, inició una versada conversación sobre el panorama nacional que no puedo dejar de compartir con usías.

-          Cuénteme, aunque el cielo advierte, qué aqueja a sus gobernantes que así desde esta mi muerte, se me antojan aberrantes
-          Después de las elecciones y sin mayoría aplastante, llegaron las digresiones y este ambiente tan frustrante
-          ¿Qué facieron estos meses esos que asemejan reses?
-          Iniciaron un debate pospuesto por vacaciones, tumbados en caserones para volver al combate
-          ¿Y el pueblo ante tal jolgorio muestra un enfado notorio?
-          Las gentes, sepa Don Luis, que no han más preocupación que colgar memes y fotos, sin pronunciar un achís y alelados como chotos
-          Ya dije yo allá en mis tiempos: “Traten otros del gobierno, del mundo y sus monarquías, mientras gobiernan mis días mantequillas y pan tierno”
-          Si no mostramos enfado, si suponen tan conforme a una legión filiforme, si no ven el rostro agriado ¿qué van a tener de prisa si les damos hasta risa?
-          Tienen lo que se merecen ya que de arrojo carecen, y métase esto en la mente: Aquel que nada me da, no quiero yo que me cueste.
-          Pues sepa que estos políticos nos valen muchos dineros, en estos tiempos tan críticos parecemos sus palmeros
-          Si son una sociedad inmersa en la necedad y toleran el engaño de semejante tamaño, no se quejen, de lamentarse ya cejen y malvivan como puedan si conformados se quedan
-          Pero nadie está contento y a vos juro que no miento, que si una tertulia atiende verá el humor que desprende toda esa masa ofendida que espera un pacto aburrida.
-          Sírvame otro Pacharán que voy a darle un consejo antes de que en el chaflán vuelva a ser solo un bosquejo
-          Lleva más de siete tragos y no vaticina pacto ¿qué hacemos con estos vagos si no establecen contacto?
-          Si la opción son votaciones, si de nuevo son llamados a las urnas a millones, muestren su morrocotudo enfado, que sepan la que han liado, blanco voten, que lo noten, o llenen  las papeletas de chinchetas y peinetas, que si son unos ladrones el pueblo no quié traiciones.
-          No veo la solución ni con este colocón, ya me dirá cómo invierto en este futuro incierto
-          No me pida ni que fíe ni que preste, y que sea el fin de mi soneto éste;  que si gusta nos veamos y si accede, nos liamos
-          Agradezco a su merced su visita y parecer, y apóyese en la pared si no quiere padecer
-           Todo se vende este día, todo el dinero lo iguala, la Corte vende su gala, la guerra su valentía… ¡Con Dios, bella dama, adiós!